Fue la última chimenea construida en Alcantarilla, por encargo de los industriales Diego y Ginés Silla Vivancos, para la fábrica de conservas Silla. Edificada por un equipo de maestros constructores de chimeneas industriales alcantarilleros, Ángel Pacheco, Pedro Lisón, Pedro el Corrigüela y José Riquelme, que fueron profesionales en este tipo de construcciones en todo el ámbito nacional.
La chimenea de ladrillo macizo mide 34 metros de altura, la más alta de las seis construcciones que se han conservado de la actividad industrial en el siglo pasado. Es de sección circular, que arranca de una base o pedestal y remata en un anillo decorado con azulejos, corona, boquilla y un pararrayos.