Declarado de Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, el acueducto de Los Arcos, situado en la rambla de Las Zorreras, en Alcantarilla, entre el paraje del Agua Salá y el Camino de los Arcos que une Alcantarilla con la pedanía murciana de Javalí Nuevo, es considerado como uno de los vestigios más tempranos del sistema de regadío histórico y , estando datado entre los siglos XI y XIII,  constituye un importante elemento del patrimonio etnográfico del regadío tradicional de la huerta de Murcia, que permite comprender e interpretar su funcionamiento.

Este conjunto arquitectónico de gran envergadura y complejidad permite salvar los desniveles del terreno y es el reflejo de un tipo de construcción característico de la sociedad agrícola tradicional de la huerta de Murcia y de cómo se ha ido transformando a lo largo de la historia, viéndose integrado dentro del paisaje huertano”.

Según don Manuel López Campuzano en su trabajo sobre las acequias de la huerta de Murcia expone respecto a este acueducto que “El conjunto arquitectónico está formado por tres alineaciones, adosadas, de pilas, bóvedas y cajales o cequetas, correspondientes a la instauración, durante fases históricas diferentes, de un acueducto original (Alquibla), de su ampliación (Turbedal) y del acueducto de la acequia Dava. Actualmente el complejo presenta, pues, una doble fachada o vertiente, que difumina arquitectónicamente este proceso”. En su descripción continúa señalando que “Aguas abajo, se aprecia, en primer lugar, el acueducto correspondiente a La Dava, el cual se adosa a la acequia principal (Alquibla), presentando un desarrollo longitudinal de unos 29 metros por 8.50 de altura.

Aguas arriba, además de una obra de drenaje actual, se observa cómo, igualmente, un revestimiento de ladrillo (alzado y tres pilastras o tajamares) – arquitectónicamente relacionables con el momento de instauración del acueducto de la acequia Dava- se adosa y apoya directamente sobre las pilas o machones pertenecientes al momento de ampliación de la acequia principal, con el fin de instaurar el acueducto sobre el que se sitúa la acequia de aguas de crecida de El Turbedal. Esta fachada presenta un recorrido documentable de 6.50 metros por 8.50 de altura. Esta complejidad arquitectónica presenta una gran variabilidad de fábricas y soluciones. El acueducto de la mencionada Acequia de Barreras (o histórica Alquibla) y representa el primer cuerpo de acueducto instaurado históricamente”.

Se trata, pues, de la acequia Mayor, cuyo nombre actual de Barreras, designa al tramo comprendido entre el Azud de la Contraparada y Aljucer. Esta acequia mayor constituye el canal de regadío del sector meridional de la huerta de Murcia, también denominado Heredamiento de Mediodía; y, junto a la acequia Aljufía, representa los vestigios más tempranos del sistema de regadío histórico (ss. XI-XII). Este Heredamiento -acequia Mayor o Alquibla- presenta un complejo desarrollo de unos 22 Km, comprendidos entre el tramo Azud-Aljucer (Barreras), y a partir del cual se riegan tierras de Javalí Nuevo, Alcantarilla, Era Alta y Aljucer, y desde esta última población (acequia Alfande) hasta La Azacaya; prolongándose mediante los cauces de Benicotó y Benicomay, para posteriormente, y tras regar las tierras de Beniaján, Torreagüera y Alquerías, verter sus aguas en el Azarbe de Beniel. Otro cauce menor, Alquibla Norte, se bifurca en Aljucer para irrigar los terrenos (La Alberca, Algezares y Los Garres) ubicados en el piedemonte prelitoral (sierras del Gallo, Villares y Columbares). En la margen derecha de la acequia Mayor parten, a su vez, varios cauces menores y azarbes: La Dava, Santarem, Menjalaco, Benabía, La Raya, Albalate, Almohajar, Albadel, Batán, Gabaldón, Las Herreras y Villanueva; mientras que por su lado izquierdo lo hacen: El Turbedal, Alcantarilla, Benialé, Beniaján, Alquiblas, Alguazas, Junco y Alarilla.