En la calle del Cura, situada frente a la plaza de San Pedro, se encuentra probablemente el edificio modernista mejor conservado de Alcantarilla. Se trata de la antigua casa del cura Saavedra, un elegante edificio del siglo XVIII, perfectamente conservado y que en la actualidad sirve de hogar para la familia de Andrés Martínez-Almagro, catedrático de la Universidad de Valencia y profesor de la Universidad Católica San Antonio de Murcia. La mansión, con dos plantas, cuenta con una fachada adornada con dos escudos, pertenecientes a las familias Sánchez Avilés y Riquelme, bajo cuyas instrucciones se comenzó la construcción de la casa.
El edificio es contemporáneo al convento de los Padres Mínimos de San Francisco de Paula y guarda ciertas similitudes arquitectónicas con el mismo. De hecho, Francisco Sánchez Riquelme, uno de los primeros moradores de la casa de la calle del Cura, fue a su vez padre superior del convento durante el siglo XVIII. Posteriormente, la casa pasa a manos del sacerdote castrense José Saavedra Alburquerque hasta su muerte en 1917. Durante gran parte del siglo XX, el edificio sirvió como cuartel de caballería de la Guardia Civil y sufrió muchos deterioros. En 1969, tras la construcción del nuevo cuartel, el edificio es devuelto a sus anteriores propietarios y permanece varios años cerrado. Adquirido por el arquitecto Andrés Terol Díaz, la mansión se rehabilita y la Comunidad Autónoma restaura la fachada exterior en la que lucen los blasones del siglo XVIII. En la actualidad, sirve de vivienda para la familia Martínez-Almagro.
Edificio de tradición estructural barroca, construido al concluir el siglo XIX, desarrollado en tres plantas: baja, principal y ático, con parámetro diferenciados en una y otras. Utiliza como elemento constructivo la mampostería y el ladrillo, con revoco de estuco en la planta baja al que se le ha dotado de simuladas tiras de almohadillado en jambas y cerco de vanos. La planta principal con forja de la época utiliza el encintado decorativo simple en vanos y como guarnición de dos simétricos escudos de armas que ocupan los lienzos existentes a ambos lados del balcón central. El ático presenta ventanucos cuadrangulares protegidos por rejas y encintado blanco perimetral. El remate se soluciona a base de alero simple.