En el pequeño municipio de Alcantarilla, situado a 7 km de la capital regional, confluyeron desde la segunda mitad del siglo XIX una serie de factores geográficos, económicos y coyunturales que tuvieron como una de sus consecuencias más evidentes el mayor crecimiento urbano de su historia y especialmente la transformación de su espacio central. A la función económica, tradicional desde la fundación de la villa en el siglo XVI, se unió el protagonismo social que su Calle Mayor fue adquiriendo en fechas tan tardías como los primeros años del siglo XX, al asentarse en ella una importante burguesía atraída a la villa por una fuerte industria de transformación y sus excelentes condiciones de comunicación. Éstas familias encargaron los proyectos para sus viviendas a los principales arquitectos que trabajaban en Murcia durante estos años, quien ensayaron en Alcantarilla una arquitectura que partiendo de la influencia modernista fue incorporando elementos apegados a la tradición regional y que, debido al éxito alcanzado, trasladó más tarde a algunos encargos en la capital.

Esta casa es una edificación modernista que ostenta el nombre del propietario-promotor del mismo. Construido a principios del S.XX tiene su desarrollo en dos plantas baja, principal y bajo cubierta, con parámetros diferenciados entre la baja y el resto, de ladrillo visto, tradición heredada del barroco murciano. Molduras modernistas de estuco a manera de alfiz enmarcan parte de los vanos mayores y totalmente los pequeños que iluminan el ático. Decoración similar a la utilizada en otros edificios de la época debidos al arquitecto Pedro Cerdan, como el museo de bellas artes de la Capital de la Provincia.