Uno de los hijos ilustres de la villa de Alcantarilla es Sebastián Lorente Ibáñez, que nace en nuestro pueblo el 13 de diciembre de 1813, en la calle San Sebastián, muy cerca de la parroquia de San Pedro Apóstol, donde sería bautizado. Parece que en su vida estuvo muy presente el número 13, pues nació ese día, y el año 1813, y está inscrito en el libro de bautismos número 13.

Estos datos los hemos podido comprobar al observar su verdadera partida de nacimiento, que dice textualmente: «En la parroquia del Señor San Pedro de la villa de Alcantarilla a catorce de diciembre de mil ochocientos trece, yo D. Juan Fajardo y Martínez, Cura propio de ella, exorcismé, bauticé y crismé a un niño que nació a la una y media de la madrugada del día de ayer, a quien puse el nombre de Sebastián Ignacio, hijo legítimo de Sebastián Lorente y de Juana Josefa Ibáñez, abuelos paternos Sebastián Lorente e Isabel Saavedra, maternos Francisco Ibáñez y Josefa Aparicio, todos naturales de esta Villa, siendo sus padrinos D. Ignacio Argandoña y su hija Josefa a quienes advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones. Testigos Bartolomé Gómez y Josefa Sánchez y en fe de ello firmé. D. Juan Fajardo y Martínez. Rubricado».

Sus padres eran modestos agricultores que, no obstante, se preocuparon por la educación de Sebastián dada su precoz inteligencia. Le enviaron al Seminario de San Fulgencio donde estudió Humanidades y Teología. A los 19 años, terminado el Bachillerato, marcha a Valencia, matriculándose por error en Medicina, por lo que tendría que alternar las ciencias con las letras.

Consigue por oposición la Cátedra de Filosofía en el Real Colegio de San Isidro de Madrid, llamándolo a la Corte la reina regente María Cristina de Borbón.

Pero la idea de Sebastián Lorente no era hacer carrera en España sino, como le diría a la reina: «Voy a conquistar para España, en el terreno de la cultura, de la inteligencia y de la fe cristiana, lo que ha perdido en el terreno colonial». De ahí que pusiera toda su inteligencia al servicio del Perú. En el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe en Lima ordenaría los estudios primarios, medios y secundarios, llegando a ser Rector de dicho centro. Impartiría estudios de Historia Antigua, Historia de Roma, Historia de Grecia, Historia de Oriente, Filosofía Moral, Botánica, Geografía, Historia de la Iglesia, Gramática Castellana, Literatura, etc.

También impartiría cursos en la facultad de Medicina de San Fernando, de Ciencias Naturales, Fisiología, Higiene y Medicina Legal. Escribió una completísima Historia del Perú, desde los Incas hasta su independencia de España. Toda esta labor haría que su salud se resquebrajara y los médicos le recomendaran su traslado a Huancayo, donde tampoco dejaría su actividad docente e investigadora fundando el Colegio de Santa Isabel. Sería nombrado Inspector General de Instrucción Pública e igualmente, por aquel tiempo, sería director del periódico limeño La Voz del Pueblo. Igualmente, el gobierno le enviaría a las embajadas de París y Madrid con el cargo de secretario de legación.

Dos veces visitaría Alcantarilla Sebastián Lorente tras su marcha al Perú y siempre para visitar a sus familiares, aunque no así su esposa e hijos. Casaría en 1845 con la aristócrata limeña Rosa Benel de Calatayud, de ascendencia española, con la que tendría cinco hijos, perdiendo muy jóvenes a los tres menores. Le sobreviven su hija Isabel y su hijo Sebastián Lorente Benel.

En Perú se le considera el «padre de la enseñanza en el siglo XIX». Decía de él Menéndez Pelayo: «Lorente fue un gran talento y la victoria fue suya contra los rutinarios. La nueva generación le seguía y le escuchaba como a un apóstol»

Igualmente, tienen frases de elogio para nuestro paisano escritores como Manuel de San Martín, el padre Vargas Ugarte, José de la Riva Agüero, etc. Realmente, no se conocía en Alcantarilla la labor de este murciano en el Perú, hasta que llegó en 1953 su nieto, Sebastián Lorente de Patrón, que sólo hizo contestar a preguntas que se le formulaban, especialmente por algunos familiares lejanos, curiosos de saber lo que fue de aquel de quien se decía incluso que había llegado a ser virrey. El tiempo de los virreyes fue bastante anterior, pero no se extendió, como es natural, después de la independencia. Durante el mandato del alcalde Fulgencio Pérez Almagro, el Ayuntamiento acordó adquirir unos ejemplares de la obra histórica del colegio de Santa Isabel de Huancayo, editados por el Comité Cooperativo Pro-Historia del Colegio de Santa Isabel de esa importante ciudad, con motivo del centenario de su fundación por Sebastián Lorente.

Por esas mismas fechas, el Ayuntamiento de Alcantarilla solicitó al de Murcia que el nombre de Sebastián Lorente Ibáñez figurara entre los nombres de murcianos ilustres en la relación que hay en el jardín de Santa Isabel. Nada mejor que esta coincidencia de figurar en dicho jardín para el que fuera fundador del famoso colegio o unidad escolar Santa Isabel de Huancayo. También en 1965, Diego Riquelme Rodríguez escribiría una interesante biografía de Sebastián Lorente. A raíz de la aparición de este volumen se le dedicaría una calle en Alcantarilla, denominada anteriormente Los Carros. Se colocó su retrato en la galería de hijos ilustres que existe en la Casa Consistorial y se le haría un busto en la plaza de acceso al Instituto de Enseñanza Secundaria Francisco Salzillo. En su día se propuso que el Instituto de Enseñanza Secundaria llevara el nombre de Sabio Lorente, aunque finalmente, por decisión del claustro del centro se rechazó dicha propuesta. Sebastián Lorente muere en Lima el 28 de noviembre de 1884.

Fulgencio Sánchez Riquelme.
Cronista Oficial de Alcantarilla.