Este marco natural se enclava en un paisaje mediterráneo, de agua y tierra, cuyo artífice es el río Segura. Un territorio idóneo que por un lado ofrece agua, suelo y temperaturas óptimas para el aprovechamiento agrícola, frente a otros elementos como la aridez y las crecidas, que han sido superadas por el trabajo y la acción del hombre en el paso del tiempo.
La Cultura del Agua, bien preciado y escaso, nos ha llegado desde nuestros antepasados y lo hemos sabido perpetuar durante generaciones.
El regadío murciano caracteriza la vida y el paisaje huertano, creando su propia identidad.